miércoles, 2 de diciembre de 2015

El viaje... c'est fini

Carlos Keen (...donde el diablo perdió el poncho)

Después de recorrer varias veces el pueblo, en el cual, en principio, parecía que solo se podía hacer un aburrido documental sobre alguno de los pocos habitantes del lugar, surgió la idea de hacer un aburrido docu... 
Supongo que tanto Carlos Keen como todos los otros pueblitos asignados cuentan con las mismas características; un lugar tranquilo con aire de campo, habitado por grupos reducidos de personas con grandes valores, muy hospitalarios, un pintoresco paisaje, ETC... un lugar en el que el único factor que jugaría un papel importante seria nuestra imaginación.
Y así fue que tras varias visitas al pueblo surgió una pequeña idea: tras cruzar un camino casi escondido en medio de un bosque, (camino que une un barrio con el centro de CK) se nos cruza un nene -no mayor de 10 años- que aparentemente se dirigía al centro del pueblo. Después de hacerles algunas pocas preguntas (y de reponernos del susto) el nene siguió su camino dejándonos pensativos. Con que libertad un pibe de esa edad pasea solo por el pueblo, un martes a las 3 de la tarde. Claramente hay un énfasis personal en la sensación que nos causo esa imagen que al contarlo no produce lo mismo. Inmediatamente después de esa mínima situación, nuestra imaginación se empezó a disparar para todos lados. En esencia solo quedo la idea de un arraigo de la gente de ese lugar, los niños en particular, con la naturaleza. Naturaleza que todavía conservan estos pueblos casi olvidados por el ser urbano.